Ejercicios analíticos, sintéticos y globales en voleibol

Ejercicios analíticos, sintéticos y globales en voleibol

Ejercicios analíticos, sintéticos y globales en voleibol

En este artículo trataré de enseñarte los elementos principales para organizar los ejercicios analíticos, sintéticos y globales en voleibol.

Te mostraré cómo clasificarlos, su finalidad, la duración media, las tipologías, los criterios para elegir los más adecuados y los correctivos. Aunque hable en clave puramente de voleibol, puedes aplicar estos conceptos también a otros deportes.

Tipologías de ejercicios

Como habrás oído en conversaciones con otros entrenadores o durante un curso, solemos dividir los ejercicios en:

  • Analitícos
  • Sintéticos
  • Globales

Los ejercicios analíticos permiten trabajar sobre una gestualidad técnicas fuera del contexto de juego. Se trata de realizar un trabajo muy meticuloso, sin llegar a la creación de gestos automatizados, pero sí fijando el gesto.

Un ejemplo muy sencillo de ejercicio analítico en voley es un toque de antebrazos contra la pared con un pie adelantado con respeto al otro.

Los ejercicios sintéticos nos permiten aplicar los aprendizajes de los ejercicios analíticos a una secuencia de ejercicios diferentes.

Un ejemplo de ejercicio sintético puede ser poniendo una jugadora a sacar, una a recibir u una a colocar (sin remate).

Los ejercicios globales, que muchos confunden con el 6×6, se refieren a los trabajos específicos sobre situaciones de juego real. Puedes acabar con un 6×6 pero un global puede implicar otras opciones.

Un ejemplo de ejercicio global puede ser con 3 jugadores en un campo (libero atrás, colocadora delantera, receptora/atacante en 4/5) y 4 jugadoras en otro (libero, receptora en 4/5, colocadora delantera, central delantera). El resto de jugadoras saca hacia el equipo con 3 jugadoras, que deben rematar para que el otro equipo pueda trabajar la defensa (bloqueo/defensa) y el contraataque (remate con central, con receptora, luego cambiar con opuesto, y terminar añadiendo receptora zaguera para añadir otro remate).

Cada entrenador/a debe ser capaz de combinar estas tipologías de los entrenamientos, sin ser demasiado extremistas (todo analítico o todo global como dicen los norteamericanos). Dependerá también de la disponibilidad de tiempo que tengas.

Si tienes dos entrenos por semana, de 90 minutos, de poco sirve estar todo el tiempo realizando analíticos porque no tienes tiempo de pasarlos al global. Un buen plan puede ser dedicar 10/15 minutos al analítico, 20/30 al sintético, 15 al global y terminar con 20 minutos de juego. Olvídate de realizar ejercicios de preparación física (pide a tus jugadoras que lleguen 30 minutos antes si puedes usar una parte del pabellón) e incluye en cada entreno un ejercicio de saque y recepción (donde una vez entrenas la recepción y otra vez el saque, nunca entrenes las dos cosas en el mismo ejercicio, no funciona).

Por supuesto, si tienes 75 minutos (he visto varios equipos con 1 hora y quince minutos de entreno en pista) tendrás que adaptarte, teniendo en cuenta de que todo entrenamiento debería incluir una parte de juego (motivación, competición) y una parte dedicada a la mejora de la técnica individual de cada posición de jugo (ej. los lunes 10 minutos para las colocadoras, los miércoles para las centrales, los viernes para las receptoras, etc.).

Si tienes tres entrenos por semana, de 90 minutos, siempre hablando de nivel inicial o categorías infantiles, cadetes y juveniles de nivel medio/bajo, puedes centrarte en realizar más trabajo analítico, terminando con más juego. Sólo en caso de tener un equipo juvenil de nivel medio alto puedes permitirte centrarte más en ejercicios globales y de juego real.

Finalidad de los ejercicios analíticos, sintéticos y globales en voleibol

Puedes trabajar utilizando el global para una gestualidad determinada, o centrarse en una técnica específica, o en el uso de una técnica dentro de una gestualidad concreta.

Aquí una tabla explicativa de las técnicas comunes según el fundamento de juego:

 

Fondamento

Técnicas

Saque

Saque desde abajo

Saque float sin saltar

Saque fuerte sin saltar

Saque salto float

Salte salto spin

Recepción

Toque de antebrazos

Toque de dedos

Acrobática

Colocación

Toque de dedos

Toque de dedos saltando

Toque de antebrazos

Finta

Remate

Acrobática

Ataque / Contraataque

Toque de dedos

Toque de dedos saltando

Toque de antebrazos

Remate hacia una zona concreta

Remates libres

Finta

Block out

Extra rotación

Intra rotación

Auto apoyo

Apoyo

Acrobático

Bloqueo

Desde paradas

Después del desplazamiento

Doble bloqueo

Autoapoyo

Defensa

Toque de antebrazos

Toque de dedos

Acrobática

Los ejercicios analíticos se centran en una técnica concreta, muchas veces sacándola del mismo fundamento de juego al que se corresponde (por ejemplo, un toque de dedos en parejas o hacia la pared sale de la técnica del fundamento del toque de colocación, toque de recepción o toque de defensa).

Será a través de los ejercicios globales cuando trabajaremos sobre un fundamento de juego concreto, aunque podremos también imponer el uso de una técnica concreta (por ejemplo, obligar a sacar solo en salto float, obligar a que solo remate la central, etc.)

Duración de los ejercicios

Por cada ejercicio que prepares recuerda establecer al menos:

  • El objetivo
  • El tiempo a dedicar
  • El número de repeticiones
  • El número de jugadoras necesarias

Fijar el objetivo del ejercicio resulta fundamental para entender si éste encaja con la dinámica de los ciclos de entrenamientos que hemos preparado para la semana/mes/mesociclo y si finalmente resulta realista o utópico conseguirlo. Marcar un número de repeticiones correctas para conseguir el objetivo, crear ejercicios ni demasiado complicados ni demasiado fáciles para estimular las jugadoras, y ofrecer un feedback continuo permiten aumentar tanto la utilidad del mismo así como la moral de las chicas. Puedes pedir, por ejemplo, precisión (30 saques hacia zona 6/1, 10 recepciones positivas o doble positivas, etc.). Puedes pedir sólo un número concreto de repeticiones o añadir condiciones, como hacer 3 seguidas ++ para cambiar o hacer menos de 3 errores seguidos, etc.

Los ciclos de entrenamiento en el voleibol

En los ejercicios analíticos se suele aplicar el tiempo aunque podríamos indicar como fin el conseguimiento de un objetivo. Si estamos realizando un analítico, tenemos que tener mucho cuidado con los correctivos para evitar entrenar el error. Así que dependerá del nivel de tu jugadora/equipo aplicar tiempo o objetivo para terminar cada ejercicio.

Ten en cuenta que puede que el ejercicio sea demasiado complicado para ellas, o demasiado fácil. En este caso marca tu el tiempo y termina tu el ejercicio si no quieres que baje mucho el nivel de intensidad.

Las repeticiones, por mucho que a los norteamericanos no gusten, son absolutamente necesarias, como mínimo hasta juveniles, ya que sirven para ajustar la técnica de un gesto y fijar este movimiento. Recuerda que el voleibol se centra en movimientos que casi nunca realizamos en la vida normal. En el fútbol hay que correr, y esto lo hacemos casi todos; en voley hay que defender, recibir, saltar al mismo tiempo que golpear un balón que viene desde una trayectoria siempre cambiante, etc.

No te asustes si pides a tus jugadoras que realicen 30 toques de antebrazos hacia la pared o 15 cada una si juegan en parejas. Suele ser una buena forma, cuando estás solo en la pista, para ir una a una y corregir los movimientos.

En cuanto a los ejercicios en forma de partido, puedes incluir todas las condiciones que te acabo de mencionar: marcar uno o más objetivos, establecer cómo y cuándo terminarlo (tiempo, puntos?), realizar un mínimo de repeticiones de cada acción concreta (por ejemplo: defender la finta en zona 3 cuando la tercera en red no salta en bloqueo, o quien debe ir al tercer toque cuando el segundo toque se queda en la zona central del campo).

Estos ejercicios sirven, además, para mejorar el espíritu táctico, que, seamos honestos, se entrena jugando y solo jugando (aquí si que le doy la razón a la escuela norteamericana). Ten en cuenta que muchas veces, para conseguir este objetivo (mejorar el espíritu táctico) debes sacrificar la calidad técnica: si lo piensas, durante un partido las jugadoras tienden a conseguir el objetivo como sea, sin cuidar mucho los aspectos técnicos. No te centres en interrumpir mucho este ejercicio en forma de partido para corregir estos aspectos, sino que aumenta el ritmo y la intensidad para crear el espíritu táctico.

En mi caso, para presentar un ejercicio nuevo, suelo marcar un tiempo máximo de ejecución y no un número, sobre todo cuando tengo muchas jugadoras y de varios niveles (de lo contrarios las primeras en terminar te machacaran con la tíìca pregunta «he terminado, y ahora qué?»). Terminaré cuando todas hayan entendido el mecanismo. Con el tiempo este gesto será fijado en las jugadoras, y solo tendremos que entrenarlo con ejercicios en forma de repeticiones.

Para aumentar la motivación, suelo introducir objetivos y por último, en los ejercicios en forma de partido, suelo introducir los puntos cuando tengo que aumentar el espíritu táctico, pero no en fase didáctica. Entrenar la gestión del estrés en un set que vamos ganando 23-21 y de repente nos remontan hasta el 24-24, o entrenarlo al revés, el no perder la esperanza en un 23-19 mandando una bola difícil al equipo que va ganando (y que probablemente fallará) y marcando una falta inexistente (rotación o balón fuera cuando en realidad es dentro) siempre al equipo que está arriba para mostrar a las que están perdiendo como se puede recuperar un set que dábamos por perdido.

El Ritmo de los ejercicios

Cuando hablamos de ritmo nos referimos a la frecuencia con la cual se realizan las repeticiones  del gesto que estamos entrenando. El número de repeticiones debe ser muy elevado, así que el ritmo incidirá en la duración del mismo.

Ejercicios con ritmo blando pueden ser utilizados cuando necesitamos máxima atención y precisión por parte de nuestras jugadoras. No nos interesa la frecuencia sino la correcta ejecución de la gestualidad.

Ejercicios con ritmo elevado suelen ser utilizados para fijar un gesto, cuando este ya está metabolizado por las jugadoras. Sirven para consolidar, ya que obligan las jugadoras a mantener alta la concentración. Por ejemplo, los ejercicios de defensa o recepción, donde necesitamos que las atletas estén al 101% en cuanto a concentración, sin muchos descansos que pueden minar la atención.

En estos casos no debemos intervenir a menudo porque interrumpiendo ralentizamos el ritmo. Podemos incluir palabras clave (como «brazos» para indicar que hay que mejorar la posición de los brazos, o «piernas» para indicar que hay que modificar la posición de las piernas) para que la jugadora no tenga que pararse a mirar el entrenador.

En un partido, si te pasas el tiempo llamando la atención de tus jugadoras, estas dejan de «ver» el partido, penalizando el aspecto lectura que yo, por ejemplo, priorizo. Marca unas palabras clave durante los entrenos para que puedas repetirlas en los partidos y se puedan entender fácilmente sin distracciones, luego pide a tus centrales y a las colocadoras que lean el partido (¿donde está la colocadora? Que central tienes ahora? La fuerte o la débil? ¿La receptora más fuerte está adelante? etc.)

Yo suelo pedir también a las que están en el banquillo que lean el partido para no distraerse y seguir entrenando este espíritu táctico. A veces les pido, por ejemplo, que marquen cuantos pases de colocación dá la colocadora y cuantos la central u otra jugadora, o cuantas reces acaban dentro de los 3 metros y cuántas fuera del campo, o cuantos remates acaban en zona 6 y cuantos en zona 1 o 4/5. Pero también pido que miren a las adversarias (donde coloca la colocadora cuando está adelante? Y cuando está atrás? Qué zona defienden? Dejan algún punto sin cubrir? etc.).

De este modo deben prestar atención al partido y no dedicarse a inútiles chacharas, y cuando entren podrán indicar a las demás lo que está pasando.

En fase de creación de un ejercicio ten en cuenta también el aspecto lectura para mantener a todas las atletas atentas. Pedirles que cuenten la recepciones positivas de las compañeras, o los ataques, o las colocaciones (por poner un ejemplo) las mantiene concentradas y el rendimiento es superior.

En cuanto a los descansos, si el ritmo es blando puede que pierdas completamente el control del grupo añadiendo muchos descansos. Si el ritmo es elevado, mejor hacer un descanso a mitad de entrenamiento y que dure poco más de 1 minuto.

Dificultad de los ejercicios

Aquí es donde muchos entrenadores solemos cometer más errores. Cuando somos nuevos, nos dejamos guiar por entrenadores y equipos profesionales que vemos que realizan los ejercicios con cierta facilidad. O peor aún, si somos o hemos sido jugadores, pretendemos que las jugadoras hagan estos ejercicios sin pestañear y nos desesperamos si fallan.

Pues bien, si te equivocas con la dificultad, el ritmo del entrenamiento será muy blando y el nivel de frustración (tuyo y de las jugadoras) será tal que habrás perdido un entrenamiento. El mejor entrenamiento es cuando, al decirles que ha terminado, las jugadoras te digan «YA?».

Trata de conocer bien tus jugadoras en poco tiempo para ofrecer ejercicios cada vez mas desafiantes a medida que su técnica mejore, y si son seniors, utiliza mucho más el juego incluyendo objetivos, condiciones u obligaciones para aumentar la competitividad.

Según numerosos estudios, se consiguen buenos resultados cuando realizamos al menos el 50% de repeticiones buenas.

El andamento de la variable moral según la dificultad del ejercicio es bien representada por la curva de Gauss, donde se deduce que el máximo se saca cuando realizas al menos el 50% de repeticiones correctas.

Esto no quiere decir que tenemos que descartar los ejercicios fáciles, pero los incluiría al comienzo, en la fase de calentamiento para que el balón esté siempre en movimiento.

La progresión de los ejercicios

Cada entrenador/a debe ser capaz de crear unas progresiones, adaptándolas a las necesidades y nivel de su propio equipo, aunque las vea funcionar en otro.

Así, pues, cada ejercicio debe ser visto como parte de una cadena virtuosa finalizada al aprendizaje y consolidación de un fundamento de juego o técnica.

Una vez que veamos que el ejercicio propuesto es realizado correctamente y fácilmente por las jugadoras, debemos cambiarlo o hacerlo más difícil.

Las progresiones deben realizarse tanto con los ejercicios analíticos como con los globales. De hecho, un ejercicio global, muchas veces es la consecuencia de una serie de ejercicios que terminan con este. Primero enseñamos el gesto y trabajamos sobre este, luego les enseñamos cómo puede ser útil en una situación de juego real.

Cuando hablamos de progresiones tenemos que tener en cuenta las metodologías de enseñanza:

  • Método analitico
  • Método global

El método analítico es aquel que prevé la enseñanza de un gesto técnico por partes (por ejemplo, batida, salto, golpeo, caida para el remate). Se trata de un trabajo específico, que sale del contexto de la situación de juego real pero, para mi, es necesario en determinadas circunstancias. Con este método resulta fácil seguir una progresión de ejercicios.

El método global suele ser adapto para los más pequeños que se aburrirían con el analítico y quieren jugar desde ya. Mostramos un gesto, su modelo técnico, y lo probamos de forma inmediata. Esto funciona, por ejemplo para un toque de dedos, pero no puede sustituir completamente el método analítico.

Introducir nuevos gestos

El periodo de mayor crecimiento de las jugadoras suele ser a partir de alevines (9/10 años) y hasta cadetes (15/16 años) mientras que en los chicos podemos seguir hasta juveniles.

Durante el periodo de alevines, el aprendizaje se basa en el juego, sobre la aplicación táctica del gesto, alternando ejercicios analíticos al juego 1×1, 2×2 o 3×3 (hasta el 4×4 según el tipo de competición y el país). Hablar de ejercicios sintéticos con las alevines es bastante inútil ya que suele ser raro disponer de jugadoras con un nivel técnico tal que puedes organizar ejercicios de continuidad. Si que debes centrarte en el trabajo analítico para fijar los gestos, pero siempre dedicando el mismo tiempo al juego (por ejemplo, si tenemos una hora de entreno, media hora de ejercicios y media hora de juego, quizás haciendo hincapié en lo aprendido durante la media hora de ejercicios).

Muy útiles me han sido los ejercicios en forma de competición, menos aquellos con objetivos, donde las niñas suelen frustrarse y, por consiguiente, alejarse del voley.

En el momento en el que introducimos otro fundamento de juego, ya en edad infantil, prefiero trabajar más en la parte analítica, enseñando luego, en los ejercicios globales y en los juegos 6×6 su utilidad y repitiendo las fases de juego que quiero hasta que se fije el nuevo gesto.

En infantiles ya suelen ser importantes los ejercicios sintéticos, pero tambièn aquí, si no tienes un equipo con un nivel medio alto, puede que no consigas mantener un nivel de continuidad suficiente.

Normalmente yo sigo esta metodología para introducir un nuevo gesto técnico a las chicas:

  1. Explicación teorica del gesto (palabras clave, hablar poco)
  2. Demostración por mi parte y en video
  3. Primeras pruebas analíticas
  4. Puesta en práctica en ejercicio global
  5. Nuevo ejercicio analítico

En cuanto al punto 3, su duración puede depender del tipo de gesto: si, por ejemplo, estamos enseñando una defensa acrobática, necesitamos dedicar mucho tiempo al analítico si queremos que luego lo repitan en una situación global.

Una vez fijado el gesto, deberá siempre realizarse durante un ejercicio global, para luego volver al analítico para ejecutarlo de una forma cada vez más correcta y por lo tanto eficaz.

Trabajo continuo

En fase agonística (durante la liga) para mi hay dos fundamentos de juego que representan una constante en cada entreno:

  • Recepción (a veces con saque de jugadoras, a veces con saque del entrenador)
  • Remate (siempre en situación, con defensa del líbero y colocación desde diferentes puntos del campo).

El saque y la recepción son los fundamentos que nos permiten iniciar y jugar, más allá de cómo seguirá la acción. No podemos tener un equipo infantil que tiene miedo a sacar pero si que remata muy bien. Esto es algo que veo mucho en los pabellones de media España. Dedica 15 minutos por entreno a ejercicios de saque y rece y verás como tu equipo mejorará en ambos fundamentos. Yo a veces me centro sólo en la recepción, con lo cual soy yo el que saca (normalmente, si sacan las jugadoras, puede pasar que sacan despacio para que las compañeras no fallen o, peor aún, fallen un montón de saques, ralentizando mucho el entreno).

Un ejemplo de entreno base de saque/rece realizado por el equipo (yo no saco) es creando dos filas en saque (1 fila saca desde zona 1, otra desde zona 5, y se alternan, así mejoramos también este gesto) y en el otro campo dos jugadoras en recepción (quiero que reciban más balones posibles, así que no pongo 3). Los primeros 6/7 minutos los pasamos con las jugadoras en rece que primero reciben en zona 4/5 el saque que viene desde zona 1 adversaria y luego se desplazan hasta zona 6/1 para recibir el saque desde 5 adversario. Después la rece será diagonal, con los saques de zona 1 que deberán ir hacia zona 6/1 y los de 5 hacia la zona 4/5.

Puedes usar el ejercicio para calentar o poner objetivos

Otros 15 minutos que no faltan en mis entrenos son los que dedico al remate. Aqui también te propongo un ejercicio:

En un lado del campo jugadoras sacando, en el otro, 2 colocadoras, una en zona 2 y otra en zona 3 (simulando diferentes puntos de colocación).

La colocadora en zona 2 juega de forma independiente (1 grupo) con una opuesto delantera, una central delantera y una receptora en zona 6/1.

La colocadora en zona 3 juega también de forma independiente con una central delantera, una receptora en zona 4/5 (delantera) y una libero.

En mi caso, no existe el ejercicio de la receptora en 4 que da el balón a la colocadora para que este realice el toque de dedos. Básicamente porque esta situación no se parece en nada a una situación real de juego. Así que saque o balón que envía una jugadora hacia la rece, colocación y remate. Por supuesto hablamos ya de un equipo con capacidades técnicas para poder llevar este tipo de entrenamientos.

Otro ejercicio de ataque que realizo es pidiendo a las colocadoras que coloque desde diferentes puntos del campo. En este caso soy yo quien manda el primer toque en diferentes puntos del campo, posicionando la colocadora en 1 o en 4. Normalmente mando una bola en zona 3 (3 metros), una en zona 2, una em zona 4 y una en zona 1. Con este ejercicio refuerzo la capacidad mental de mi colocadora pero también el espíritu táctico del equipo, que sabrá donde irá el balón según el tipo de recepción que tengamos.

Estos ejemplos de ejercicios nos permiten trabajar de forma continuada sobre un determinado gesto técnico, algo muy importante para fijarlo en nuestras jugadoras, siempre que les indiquemos los correctivos a aportar. Al estar solo en la pista (sin asistentes), con estos ejercicios tengo el tiempo y la oportunidad de ir hacia las que sacan para corregirlas, luego centrarme en las receptoras, seguir con las colocadoras y terminar con las atacantes.

Si tienes 12 jugadoras y pones 6 a sacar, 4 a recibir, una en zona 3 y una ayudando con los balones, con un saque positivo cada 10 segundos, tendremos 6 saques por minutos, lo que significa unos 90 saques positivos (que significa 90 recepciones) y por lo tanto unas 22 recepciones por jugadora, que se aproxima al número de recepciones medias por jugadora en un partido.

Por supuesto puedes hacer más repeticiones en el mismo tiempo, pero en este caso te enseñé un ejercicio donde, en 15 minutos, conseguimos realizar el mismo número de gestos técnicos (recepción, saque) que realiza cada jugadora en un partido entero.

Explicar los ejercicios de voleibol

Aunque pueda parecer algo banal, en realidad este momento representa la clave para que el ejercicio llegue a dar los resultados esperados. Una de las habilidades del entrenador debe ser la comunicativa, de lo contrario nos habremos equivocado de trabajo.

El nivel de explicaciones debe ser proporcional al nivel de tu equipo y a su edad. No puedes estar mucho tiempo explicando un ejercicios a niñas de 10 años, ni ofrecer ejercicios muy complejos. Si tenemos en frente a un equipo más formado, tendremos que explicar el ejercicio en casa parte, especificando los objetivos en los cuales centrarse.

Yo utilizo algunos trucos para centrar la atención de las jugadoras:

  • Demostrar entusiasmo utilizando un tono de voz adecuado y un lenguaje corporal que les anima a seguir el discurso
  • Utilizar frases con efecto y referencias a grandes películas o canciones (como palabras clave).
  • Expresarse de forma clara
  • Contar anécdotas pasadas como jugador y/o como entrenador.

Además, debes tener presente algunos puntos cruciales en la fase de explicación:

  • Tener una actitud mental y física positiva
  • Explicar la utilidad del ejercicio
  • Definir los puntos claves en los cuales centrar la atención
  • Animar (decirles que lo están haciendo bien y con este ejercicio van a mejorar aún más)
  • Ser precisos, sin pasarse con la información
  • Verificar las emociones (ver como reaccionan las jugadoras)

A todo esto, hay que sumar la demostración, o bien hecha por ti o bien con la ayuda de una o más jugadoras, incluso usando un video de otro equipo. No des por hecho NUNCA que lo que tu dices, porque lo dices tu, es siempre MUY CLARO. Las chicas (y los chicos) deben «ver» el ejercicio para entenderlo y evitar así que repitas mil veces que deben hacer.

No pasa nada si técnicamente no consiguen demostrar lo que quieres que hagan, lo importante es que entiendan el mecanismo. Otra cosa es la demostración técnica, donde queremos que entiendan exactamente cual es el gesto técnico que deben realizar. En este caso es mejor que nos ayude un soporte video.

El espíritu del equipo

En los equipos donde he jugado y hemos ganado, recuerdo más la química y el buen ambiente que se respiraba en los entrenos que lo fuerte que era cada jugador. De hecho, en algunos casos estoy seguro de que nuestro equipo era técnicamente inferior a los adversarios, pero ellos no tenían lo que teníamos nosotros en el vestuario y durante los entrenamientos.

No se trata de ser grandes amigos todos, sino de entender el papel de cada uno en el equipo y al servicio del equipo.

Cuando hay un ejercicio de saque y recepción, por ejemplo, de nada sirve que saques fácil para que la compañera en rece no falle. No la estás ayudando, todo lo contrario.

Tu, como entrenador, debes explicar esto para que luego trabajen entendiendo cada una que no hay nada personal en forzar un saque o un remate, por ejemplo. Las jugadoras deben ser correctas, deben ayudar a mejorar a las otras. 

Recuérdales siempre los números del aprendizaje maximal (al menos el 50% de las repeticiones correctas).

A parte de las ayudas, existe la necesidad de entrenar el «NOSOTRAS» para eliminar el «YO». Siempre volviendo al ejemplo del ejercicio de saque y recepción, de nada sirve que una jugadora falle 7 saques, meta 3 fuertes y 2 fáciles. Si el objetivo era entrenar la recepción, de 12 saques no ha servido ninguno.

Para crear un espíritu de equipo unido, el feedback es otro elemento fundamental. Una libero puede decir a la colocadora como está colocando, una colocadora puede decir a la atacante donde mejorar en el remate, una compañera puede decir a otra en saque el punto donde impacta el balón, etc.

El único feedback que no acepto es aquel de la atacante que dice a la colocadora «un poco más alta, un poco más tensa, blablabla» ya que resulta impensable en un partido real pedir este tipo de cosas a la colocadora. La atacante debe ser capaz de rematar los balones más complicados, que los más fáciles los podemos rematar todos. Otra cosa es cuando tu colocadora con experiencia, que sabe cómo remata cada una y que tipo de bola es la mejor para ella (trayectoria, velocidad, etc) y no le da este tipo de bolas.

Enseñar a tus jugadoras a crear este espíritu no es nada fácil, se hace con tiempo y paciencia. Empieza por crear un ambiente curioso, donde las jugadoras pregunten (por ejemplo, a los dos meses de entrenar un equipo, tus jugadoras deberían tener la confianza de acercarse a ti para preguntar algo táctico durante un partido y no al revés).

Corregir durante un entreno

Los estudios indican que un atleta olvida las sensaciones probadas durante la ejecución de un gesto a los 20 segundos, con lo cual debemos corregir en el menor tiempo posible, de lo contrario no tiene sentido.

A su vez, es importante prescindir el aspecto personal del deportivo, aportando correctivos que nada tienen que ver con el ejercicio o incluso insultando.

No debemos corregir durante la ejecución sino una vez terminada, para no distraer, y la corrección debe centrarse en un error a la vez: si hay varios en el mismo gesto, céntrate primero en uno, luego irás a por los otros.

No te quedes mucho tiempo hablando durante la corrección. Piensa en los tiempos muertos, cuando en 30 segundos debemos reorganizar el juego de todo el equipo.

Correcciones si, interrumpir cada dos segundos no. Hay que mantener el ritmo, con lo cual empieza con ejercicios sencillos para que puedas ir poco a poco hacía lo más complejo, y ellas mismas corregirán según las sensaciones que tengan (esto también lo debes enseñar, auto corregirse).

El tono de voz así como indicaciones personales deben ser cuidados al máximo

Siempre usar un enfoque positivo, centrandote en que entienda porqué se ha equivocado y no en el error.

Los castigos nunca por errores técnicos (a menos que no se haya distraído) ya que el error es parte del aprendizaje.

El nivel de correctivos depende del nivel de tu equipo

Hay que corregir los errores que se repiten, no los casuales. Si una jugadora sabe poner los brazos en recepción pero una vez la caga, no debes decirles nada, ella misma se habrá dado cuenta (percepción).

Pregunta a tus jugadoras sobre las sensaciones y sobre el porqué creen que han cometido el error.

Ejercicios para el Libero

Si quieres tener un líbero en tu equipo, debes preparar unos entrenamientos específicos para el. De nada sirve que el líbero entrene de líbero y de otra posición, ya que el libero no se improvisa, hay que entrenarlo. Es como si decidimos poner una central a colocar.

Si lo piensas, el líbero, si falla una defensa o rece, no puede desahogarse yendo a rematar como una receptora. Se trata de un factor muy psicológico que muchas veces los entrenadores subestimamos. Entrenamos poco y mal el líbero, que sigue sintiendo la presión de ser la mejor defensa del equipo y que cada finde debe jugar al máximo porque si comete un error tendrá todos los ojos apuntando hacia ella como la principal culpable.

Tampoco debes aislar a la libero del resto del equipo. Como te dije antes, puedes incluirlo en los ejercicios de rece y tenerlo fijo allí, así como ponerlo a recibir o defender freeball para darlos a la colocadora y ella colocar a las atacantes, o hacerla colocar poniendo segundos toques en la zona zaguera del campo.

Para elegir una buena líbero te recomiendo seguir estas indicaciones:

  • Habilidad en recepción
  • Mucha voluntad en defensa (no deja que el balón caiga aunque se ve que es imposible salvarlo)
  • Técnica de defensa correcta
  • Reflejos (entrenalos)
  • Tiende a lanzarse para salvar balones
  • Mentalmente estable
  • Superar facilmente los errores
  • Correr
  • Sacrificarse

Hasta aquí mi artículo sobre los ejercicios analíticos, sintéticos y globales en voleibol.

Espero que os sirva.

Un saludo

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