Que se esconde en el vestuario de un equipo de voleibol

Que se esconde en el vestuario de un equipo de voleibol

Que se esconde en el vestuario de un equipo de voleibol

Un vestuario es un mundo paralelo donde puede pasar de todo y tu, entrenador, nunca te enterarás. ¿Que se esconde en el vestuario de un equipo de voleibol?

Se trata de un lugar incomodo, frío, que huele fatal y donde las compañeras comparten intimidad, se pelean, celebran, se «abren» y se gastan bromas muy crueles.

Sin embargo los que ya no jugamos guardamos buenos recuerdos de ese sitio, quizás porque, entre todas las cosas que se han vivido, en esas 4 paredes hemos aprendido mucho unos de los otros. Aprendimos a vivir y a compartir como en pocos sitios.

Aquí os expongo ejemplos de personajes típicos de vestuario que sin duda os sonarán por tener alguna de ellas en vuestro equipo:


1 – El tacaño

«Me prestas las chanclas para la ducha?».

«Puedo utilizar tu toalla?»

«Te queda champú?»

«Puedo usar tu secador?»

«Te sobran bragas?»

«Claro que si, y por que no te doy también un riñón?»


2 – El acosador

Todos/as hemos y tenemos en equipo aquella compañera que nos genera cierta inseguridad y nos hace mantener alta la concentración cuando entramos en el vestuario porque siempre puede que te esté preparando alguna broma de mal gusto.

Se trata de una persona que vive entre lo simpático y el bullying.

Por ejemplo, suele dar bofetones con la camiseta sudada, mojarte con el agua de la ducha (por supuesto helada), hacerte desaparecer las chanclas y las bragas, tirarte el móvil a la basura para que luego metas la mano…


3 – El sucio

Una vez que elija el sitio en el vestuario, el sucio no suele cambiarlo. Así que mucha suerte a quien le toque sentarse a lado del sucio.

Te enteras enseguida de este personaje, ya que su bolso huele fatal y tiene como hierba que le crece en las esquinas. Hasta dicen que han visto bolsos de sucios andando solos por los vestuarios.

El sucio mete en su bolso las rodilleras sudadas, la toalla mojada, las chanclas llenas de agua y espuma, y deja todo este mejunje allí dentro durante días. Todo bien cerrado, para luego abrir la cremallera delante de tu nariz. Y tu, que ni siquiera has fumado un pitillo en tu vida, te colocas como si fueras el prota de «Miedo y asco en Las Vegas»

Pero cuidado también al opuesto del sucio, el perfumado, porque puede llenar el vestuario de su colonia al sabor de menta poleo.


4 – El polémico

Aquel que siempre tiene algo contra todos, lo reconoces también en cuanto cruzas la puerta del vestuario.

Por supuesto odia al entrenador, para el/ella nada competente. Tiene algo que decir al colocadora porque no le ha colocado ni una bola en el último entrenamiento. Con los jóvenes del grupo que no se sacrifican y con los más viejos que no mueven un dedo. Con el árbitro, por supuesto.

El polémico puede perder el uso de la razón por un detalle mínimo. ¡Hasta se enfada en el pre calentamiento!

El problema es que la temporada es muy larga, y cuando el invierno deja sitio a la primavera, todos los compañeros ya conocen todas las quejas del polémico, dejándolo en evidencia, sobre todo por parte del acosador.

PD: en el voley masculino no tardas mucho en identificar el polémico, en el femenino es más complicado porque suele atacar cuando el objetivo de sus quejas no está presente.


5 – El lento

Cada fin de semana en algún vestuario de un pabellón de España, un jugador de voleibol despierta de repente y sabe que deberá correr hacia la ducha antes de que entre el lento. De lo contrario, le tocará esperar la medianoche y volver a casa andando porque el compañero con el coche ya se ha ido hace rato.

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